miércoles, 8 de febrero de 2012

¿Miedo?

¿De nuevo te viene el miedo a no poder responder a una llamada del Señor?

¡Aléjalo pronto!

¿Cómo?

Siendo consciente de que, con la vocación, somos "llevadas" tanto al comienzo como a lo largo del camino.
No somos nosotras las que conservamos la llamada como una propiedad privada que hay que defender y cuidar, es la "llamada" la que nos cuida y defiende a nosotras.

Ella es como una linterna que nos lleva de la mano y se mueva con nosotras iluminando el breve tramo de camino que tenemos delante, luz necesaria y suficiente para dar el paso siguiente.

¿Estas ya más tranquila?

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